viernes, 23 de junio de 2017

El pasado

A veces, el pasado, vuelve como una tormenta o huracán arrasando aquello que habías construido. Derrumbando las esperanzas e imponiendo los viejos miedos que creíamos.
 
A veces solo nos podemos quedar sentados a solas mirando el infinito y preguntándonos que hubiera pasado si...; donde estaríamos si aquello no hubiera sucedido así, que elección hubiéramos tomado si las cosas hubieran tomado un giro diferente.
 
Te sientes orgulloso de estar donde estás y al mismo tiempo aún queda esa pequeña esquirla que te hace mirar al pasado y que hace que se humedezcan tus ojos.
 
Y empiezas a plantearte si has tomado las correctas decisiones, si es cierto que has perdonado aquellos que creías prácticamente olvidados, rememoras y no ves ni un solo detalle de la persona que eres a la que eras y sientes nostalgia y al mismo tiempo orgullo.
 
Y es que el pasado es un amigo traicionero al que, al menos yo, muchas veces recibo con los brazos abiertos para que luego deje mi corazón como si estuviera oprimido por un puño de hierro.

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